No es casual que la música caribeña por antonomasia lleve aparejado el adjetivo de salsacaliente porque la profusión de percusiones, vientos, guitarras y teclas que acompañan sus canciones picantes y sensuales es una obligatoria incitación al baile para exudar las toxinas combatiendo con toda la sabrosura los rigores veraniegos.
Cualquier álbum que comience con esa línea de guitarra deudora del legendario riff principal de los Groovies en "Shake Some Action" tiene ya ganados, de antemano, mi admiración y mi respeto.